10 consejos sobre Cómo Mejorar Tu Escritura Creativa: (Parte 2)

10 consejos sobre Cómo Mejorar Tu Escritura Creativa: (Parte 2)

En esta segunda parte, profundizaremos en técnicas avanzadas para enriquecer tu narrativa, incluyendo el uso efectivo de los puntos de vista, la incorporación de descripciones sensoriales, el desarrollo de diálogos naturales, el empleo del subtexto y la construcción de conflictos internos y externos. Estos elementos ayudan a dar vida a la historia, aportando mayor profundidad y complejidad emocional. Con estas herramientas, podrás construir una narrativa que no solo sea coherente y atractiva, sino también rica en matices, manteniendo a los lectores conectados y comprometidos hasta el final.

El problema de los clichés es que reducen la profundidad de los personajes a fórmulas predecibles; el verdadero reto está en descubrir lo inesperado en cada uno de ellos.

Neil Gaiman

Juega con los Puntos de Vista

El punto de vista (PDV) o perspectiva narrativa es la “mirada” a través de la cual el lector experimenta la historia. Este aspecto es fundamental porque determina cómo se presenta la información, qué se revela y qué se oculta, y cómo se relaciona el lector con los personajes y la trama. Manipular el punto de vista te permite agregar capas de profundidad, complejidad y misterio a tu historia, además de ayudarte a crear una experiencia más inmersiva para el lector.

¿Por qué es importante el punto de vista?
La perspectiva desde la cual se cuenta la historia influye en la conexión emocional del lector con los personajes y en la manera en que experimenta los eventos de la trama. Cambiar o experimentar con el punto de vista puede alterar significativamente cómo el lector interpreta y se siente acerca de los personajes, el conflicto y el tono de la historia.

Tipos de puntos de vista y cómo usarlos:

  1. Primera persona (Yo):
    La primera persona es una de las perspectivas más íntimas, ya que permite al lector ver directamente a través de los ojos del personaje narrador. Esto crea una conexión cercana y personal, y ayuda a que el lector sienta las emociones y pensamientos del personaje con mayor intensidad.
  • Ventajas: Perfecto para explorar la psicología y las emociones de un personaje, ya que permite una introspección profunda.
  • Desventajas: Limita el conocimiento a la perspectiva de un solo personaje, lo que puede restringir la visión del lector sobre otros aspectos de la trama.
  • Ejemplo: En El guardián entre el centeno de J.D. Salinger, la primera persona permite a los lectores sumergirse en los pensamientos, miedos y conflictos internos de Holden Caulfield.
  1. Tercera persona limitada:
    En este punto de vista, la historia se cuenta desde la perspectiva de un personaje en particular, pero en tercera persona (“él” o “ella”). Esto permite un enfoque personal sin perder el sentido de narración externa.
  • Ventajas: Mantiene cierta cercanía con el personaje, pero permite un margen para describir eventos y detalles fuera de su conocimiento inmediato.
  • Desventajas: Limita la historia a lo que ese personaje experimenta y conoce, aunque ofrece un poco más de flexibilidad que la primera persona.
  • Ejemplo: En Harry Potter, J.K. Rowling usa la tercera persona limitada para centrarse principalmente en las experiencias y pensamientos de Harry, permitiendo a los lectores conocer su perspectiva pero también observar un poco desde fuera.
  1. Tercera persona omnisciente:
    El narrador omnisciente conoce todos los pensamientos, sentimientos y experiencias de cada personaje, así como los eventos pasados y futuros. Esta perspectiva da una visión completa de la trama y es útil para historias complejas con múltiples subtramas.
  • Ventajas: Permite una visión amplia y detallada de todo el universo de la historia, ideal para explorar múltiples personajes y tramas.
  • Desventajas: Puede crear distancia emocional con los personajes, ya que el narrador no está “dentro” de ninguno de ellos. Además, existe el riesgo de abrumar al lector con demasiada información.
  • Ejemplo: Cien años de soledad de Gabriel García Márquez utiliza la tercera persona omnisciente para relatar la historia de la familia Buendía a lo largo de varias generaciones, permitiendo una perspectiva total y profunda.
  1. Narrador en segunda persona (Tú):
    Este es un estilo menos común, en el que el narrador se dirige al lector como si él fuera el protagonista. La segunda persona crea una experiencia única, haciendo que el lector se sienta parte de la historia.
  • Ventajas: Puede crear una experiencia inmersiva e impactante, ideal para historias experimentales o introspectivas.
  • Desventajas: Es una técnica difícil de dominar y puede resultar incómoda o forzada para algunos lectores.
  • Ejemplo: La casa de hojas de Mark Z. Danielewski utiliza la segunda persona en algunas secciones para aumentar la sensación de inquietud e inmersión en la historia.
  1. Múltiples puntos de vista:
    Utilizar múltiples puntos de vista implica cambiar de perspectiva entre diferentes personajes a lo largo de la historia, ya sea por capítulos, secciones o escenas. Esta técnica es ideal para historias en las que cada personaje tiene información o una experiencia única que el lector necesita conocer.
  • Ventajas: Ofrece una visión completa y rica de la historia, mostrando distintos lados del conflicto o múltiples líneas argumentales.
  • Desventajas: Requiere claridad para que los lectores no se confundan al cambiar de perspectiva. Además, cada cambio de PDV debe aportar algo significativo a la trama.
  • Ejemplo: En Juego de Tronos de George R.R. Martin, los capítulos están contados desde múltiples puntos de vista, lo que permite al lector ver distintos aspectos de la misma historia y entender mejor las complejidades políticas y emocionales de cada personaje.

Consejos para jugar con el punto de vista:

  • Mantén la coherencia: Si decides usar un punto de vista específico, mantén esa perspectiva clara en cada escena o capítulo. Cambiar de perspectiva sin aviso puede confundir al lector.
  • Selecciona el punto de vista según el tipo de historia: Si estás escribiendo un thriller psicológico, por ejemplo, un narrador en primera persona podría ser ideal para explorar el conflicto interno. Para una épica de fantasía con muchas subtramas, la tercera persona omnisciente puede funcionar mejor.
  • Usa el cambio de perspectiva para crear tensión o sorpresa: Alternar entre perspectivas puede permitir que los lectores conozcan información que los personajes aún desconocen, aumentando la anticipación y el suspenso.
  • No abuses de la perspectiva omnisciente: Aunque es útil, revelar demasiada información puede restar intriga y misterio. Usa la omnisciencia con moderación para evitar que el lector se sienta abrumado.

Ejemplo final para ilustrar el uso de punto de vista:

Imagina que tienes una historia de misterio en la que el protagonista investiga una serie de desapariciones. Puedes narrar la historia desde la primera persona del detective para que el lector descubra las pistas a medida que él las encuentra. Luego, alternar ocasionalmente a la perspectiva en tercera persona de un personaje sospechoso puede añadir tensión y dar al lector una pequeña ventaja sobre el detective, aumentando el suspenso.


Experimentar con el punto de vista te permite narrar la historia desde ángulos únicos, agregar intriga y construir relaciones más complejas entre los personajes y el lector. Aprovechar al máximo el PDV no solo añade matices a tu narrativa, sino que también mejora la experiencia inmersiva, manteniendo a tus lectores interesados en cada perspectiva de la trama.


Usa los Sentidos para Describir

Involucrar los cinco sentidos en la escritura es una de las maneras más efectivas de sumergir a los lectores en el mundo de la historia. Cuando describimos no solo lo que se ve, sino también lo que se oye, huele, siente y saborea, creamos una experiencia tridimensional que permite al lector conectarse de manera más profunda y vívida con la narrativa. Usar los sentidos de forma efectiva no significa describir cada pequeño detalle, sino seleccionar aquellos elementos sensoriales que realcen la atmósfera y la emoción de la escena.

¿Por qué son importantes los sentidos en la narrativa?
Los sentidos activan la memoria y las emociones de los lectores, transportándolos a un momento específico. Una descripción sensorial bien lograda puede desencadenar en el lector una respuesta emocional más inmediata e inmersiva. Además, los sentidos ayudan a construir el tono y la atmósfera de una historia, haciendo que cada escena se sienta única y memorable.

Cómo usar los cinco sentidos en tus descripciones:

  1. Vista (Lo que se ve):
    Las descripciones visuales son las más comunes en la escritura, ya que nos permiten visualizar el entorno. Sin embargo, el truco está en elegir detalles visuales que no solo describan, sino que también sugieran el tono de la escena.
  • Ejemplo: En lugar de describir simplemente una “habitación desordenada,” podrías decir: “Ropa arrugada yacía esparcida en el suelo, un vaso de café a medio terminar estaba junto a la cama, y las cortinas cubrían la habitación en penumbra, como si el sol fuera un intruso.”
  1. Oído (Lo que se oye):
    Los sonidos pueden generar una atmósfera de tensión, tranquilidad o incluso miedo. Incorporar el oído en tus descripciones da movimiento y ritmo a la escena, permitiendo al lector “escuchar” lo que ocurre alrededor del personaje.
  • Ejemplo: En una escena de suspenso, puedes describir: “El crujido de las hojas secas bajo sus pies rompía el silencio de la noche, mientras un perro a lo lejos ladraba de forma intermitente, como si anunciara una presencia extraña.”
  1. Olfato (Lo que se huele):
    Los olores tienen una capacidad única para evocar recuerdos y sentimientos en los lectores. El olor puede añadir una capa emocional a la escena y ayudar a crear asociaciones con lugares y situaciones específicas.
  • Ejemplo: En una escena nostálgica, podrías escribir: “El aroma del pan recién horneado inundó la cocina, recordándole las mañanas de su infancia, cuando su abuela le enseñaba a amasar la masa entre risas y cuentos.”
  1. Gusto (Lo que se saborea):
    El sentido del gusto puede ser poderoso, aunque suele usarse menos en la narrativa. Incorporar el gusto en una escena puede enriquecer las descripciones, especialmente en escenas de comida, bebida o incluso en momentos inusuales donde un personaje percibe sabores inesperados.
  • Ejemplo: En una escena en la que un personaje está en un lugar nuevo, podrías describir: “Probó el plato exótico, y un sabor agridulce y picante estalló en su boca, dejándole un cosquilleo que le hacía agua la boca y un ardor que bajaba lento por su garganta.”
  1. Tacto (Lo que se siente físicamente):
    La textura, la temperatura y las sensaciones táctiles pueden transmitir incomodidad, placer o cualquier emoción física de una manera inmediata. Las descripciones táctiles ayudan a que los lectores sientan lo que los personajes experimentan físicamente.
  • Ejemplo: En una escena en la que un personaje está nervioso, podrías escribir: “Sus manos sudaban mientras el papel rugoso de la carta se deslizaba entre sus dedos. Una gota de sudor frío le recorrió la espalda, haciéndolo estremecerse.”

Consejos para usar los sentidos en tus descripciones:

  1. Selecciona los detalles sensoriales que mejor transmitan la atmósfera: No es necesario usar los cinco sentidos en cada escena. Selecciona aquellos que más contribuyan al tono y la emoción de la escena en particular. Por ejemplo, en una escena de acción, el oído y el tacto pueden ser más relevantes que el olfato o el gusto.
  2. Usa los sentidos para reflejar las emociones de los personajes: Las descripciones sensoriales también pueden sugerir el estado emocional de los personajes. Si un personaje está feliz, puede notar detalles agradables a su alrededor, mientras que si está asustado, puede percibir sonidos o sombras que normalmente ignoraría.
  3. Crea asociaciones únicas para cada personaje: Cada persona tiene experiencias sensoriales diferentes, y lo mismo debería suceder con tus personajes. Por ejemplo, si un personaje creció en el campo, puede reconocer los olores y sonidos de la naturaleza mejor que alguien que creció en la ciudad.
  4. No sobrecargues la escena con demasiados detalles sensoriales: Aunque los sentidos son importantes, una sobrecarga de descripciones puede abrumar al lector. Es mejor ser selectivo y elegir solo aquellos detalles que realmente aporten algo a la escena.
  5. Usa metáforas y comparaciones para enriquecer los sentidos: En lugar de describir un olor como “fuerte”, puedes decir que era “tan penetrante que parecía aferrarse a las paredes”. Esto le da un carácter más vívido y permite al lector imaginarlo con mayor claridad.

Ejemplo final para ilustrar el uso de los sentidos:

Imagina una escena en la que un personaje está entrando a una antigua biblioteca llena de polvo y misterio. Podrías usar los sentidos de la siguiente manera:

  • Vista: “La luz apenas penetraba a través de las ventanas cubiertas de polvo, proyectando sombras largas que se mezclaban con las estanterías repletas de libros antiguos.”
  • Oído: “Un silencio denso llenaba el lugar, solo roto por el crujido del suelo de madera bajo sus pies y el susurro ocasional de una página que se deslizaba en algún rincón oscuro.”
  • Olfato: “El aire estaba impregnado de un olor a papel envejecido y cuero gastado, como si cada libro guardara un fragmento de tiempo en sus páginas.”
  • Tacto: “Al pasar los dedos por el lomo de un libro, sintió la aspereza del polvo acumulado, y cada roce le dejaba una capa de polvo en la piel.”

Usar los cinco sentidos de manera efectiva transforma una simple descripción en una experiencia completa y envolvente. Estas descripciones sensoriales permiten a los lectores experimentar el mundo de los personajes y conectarse de una manera emocionalmente rica, haciéndoles sentir que están dentro de la historia.


Mantén Diálogos Naturales

El diálogo es una de las herramientas más poderosas en la escritura, ya que permite desarrollar los personajes, avanzar en la trama y ofrecer al lector una visión de las relaciones y tensiones entre los personajes. Sin embargo, crear diálogos naturales y convincentes puede ser un desafío, ya que requiere equilibrio entre realismo y claridad. Los diálogos que suenan demasiado rígidos o artificiales pueden desconectar al lector y hacer que los personajes pierdan autenticidad. Por eso, es fundamental construir conversaciones que se sientan reales, pero que al mismo tiempo sean efectivas para la historia.

¿Por qué son importantes los diálogos naturales?
Los diálogos naturales logran que los personajes se sientan vivos y reales. A través de las palabras, los personajes revelan su personalidad, sus motivaciones, sus miedos y sus deseos, permitiendo que el lector los conozca de una manera más íntima. Además, un buen diálogo aporta ritmo a la narrativa y permite transmitir información de forma dinámica y envolvente.

Claves para crear diálogos naturales y efectivos:

  1. Escucha el habla real y observa cómo se comunican las personas:
    La mejor forma de entender cómo suena un diálogo natural es observar cómo la gente habla en situaciones cotidianas. Toma nota de los patrones, las pausas, las muletillas y cómo se interrumpen o responden. Las conversaciones reales son imperfectas y están llenas de pequeños detalles que aportan autenticidad.
  • Ejemplo: En lugar de escribir un diálogo completamente pulido, permite que los personajes usen algunas muletillas o fragmentos inacabados:
    “—¿Sabes? Creo que… no, olvídalo. No importa —dijo, mirando al suelo.”
  1. Dale a cada personaje una voz distinta:
    Cada personaje debería tener una forma de hablar única, reflejando su personalidad, antecedentes y estado emocional. Esto no solo enriquece la historia, sino que también facilita que el lector identifique quién está hablando sin necesidad de etiquetas excesivas.
  • Ejemplo: Un personaje impulsivo podría usar frases cortas y enérgicas, mientras que uno más intelectual podría emplear un vocabulario formal y oraciones complejas.
    “—Lo hiciste otra vez, ¿verdad? —pregunta Tom, con las cejas fruncidas.
    —Quizás, pero… no es tan simple. Verás, la situación es más compleja de lo que parece —responde Carla, con calma.”
  1. Evita el exceso de información directa o “info-dumping”:
    El diálogo no debería parecer una lección o exposición de información; los personajes no suelen explicar datos de manera directa y detallada en una conversación normal. En lugar de forzar el diálogo para que explique la trama, permite que los personajes revelen información de manera natural y gradual.
  • Ejemplo incorrecto: “—Como sabes, Marta, nací en 1985 y estudié en la Universidad de Stanford antes de trabajar en esta empresa por diez años.”
  • Ejemplo correcto: “—Sabes que llevo años en esto, Marta. No vine aquí ayer —dijo, entrecerrando los ojos.”
  1. Usa el subtexto para agregar profundidad y tensión:
    A menudo, lo que no se dice en un diálogo es tan importante como lo que se dice. Los personajes pueden ocultar información, insinuar sentimientos o dejar entrever conflictos sin decirlo explícitamente. El subtexto añade una capa de complejidad y permite que el lector interprete lo que está sucediendo debajo de la superficie.
  • Ejemplo: “—¿Vas a ir al cumpleaños de Laura? —preguntó ella, sin mirarlo a los ojos.
    —No lo sé. Quizás… depende —respondió él, pasando la vista al suelo.”
  1. Usa interrupciones, silencios y pausas para reflejar emociones:
    En una conversación real, la gente se interrumpe, duda, titubea y deja ideas a medio camino. Estos elementos aportan autenticidad al diálogo y pueden expresar emociones como nerviosismo, inseguridad o frustración sin necesidad de describirlas.
  • Ejemplo: “—Bueno… yo solo… —su voz se fue apagando, mientras miraba la puerta, inseguro de continuar—. No importa. Olvídalo.”
  1. Evita el uso excesivo de etiquetas y descripciones:
    Aunque las etiquetas como “dijo” y “respondió” son necesarias para clarificar quién está hablando, es mejor no abusar de descripciones innecesarias. La simplicidad ayuda a que el diálogo fluya y evita distraer al lector. Usa otras etiquetas solo cuando aporten algo adicional.
  • Ejemplo: En lugar de escribir “—¡No puedo creerlo! —exclamó con frustración y enojo mientras lanzaba el libro al suelo,” podrías escribir: “—¡No puedo creerlo! —dijo, lanzando el libro al suelo.”

Consejos para mejorar los diálogos en tu escritura:

  • Lee tus diálogos en voz alta: Esta técnica te ayuda a identificar si el diálogo suena natural o forzado. Al escucharlo, podrás darte cuenta de si fluye como una conversación real o si necesita ajustes.
  • Escribe según la época y el contexto de la historia: Si tu historia transcurre en otra época, ten en cuenta el estilo de habla y las expresiones de la época. Los diálogos deben estar alineados con el entorno y la cultura de los personajes.
  • Evita el uso excesivo de dialectos o jerga: Aunque es importante que los personajes tengan una voz única, el uso excesivo de dialectos o jerga puede hacer que el diálogo se vuelva difícil de seguir. Usa estos elementos de manera sutil y efectiva.
  • Usa el silencio como herramienta: Los silencios y las pausas pueden expresar emociones y tensiones sin necesidad de añadir palabras. Un momento de silencio bien colocado puede transmitir incertidumbre, sorpresa o incomodidad.

Ejemplo final para ilustrar un diálogo natural:

Imagina una escena en la que dos amigos discuten porque uno de ellos ha roto una promesa. Un diálogo poco natural sería:

“—Estoy muy decepcionado contigo, Juan. No esperaba que hicieras esto después de lo que hablamos en la cafetería. Sabes que romper promesas está mal.”

En cambio, un diálogo más natural podría ser:

“—No puedo creer que lo hicieras, Juan —dijo, cruzándose de brazos.
—Yo… no fue tan fácil, ¿de acuerdo?
—¿Y eso te da derecho a romper tu promesa? —respondió, sin mirarlo a los ojos.”


Un diálogo bien escrito hace que los personajes parezcan reales y permite a los lectores entender sus conflictos y emociones de una forma más cercana. Crear diálogos naturales y efectivos requiere práctica, pero dominar esta técnica te ayudará a construir una narrativa viva y dinámica, en la que las palabras de los personajes resuenen en la mente del lector mucho después de haber cerrado el libro.


Explora el Subtexto

El subtexto es todo aquello que los personajes insinúan o sienten, pero que no dicen directamente. Es la capa oculta de la comunicación en una historia, y su presencia puede enriquecer las escenas con tensión, misterio y complejidad emocional. A diferencia de los diálogos directos, el subtexto permite que el lector interprete lo que sucede “entre líneas,” y da profundidad a las interacciones, mostrando los pensamientos, intenciones y conflictos internos de los personajes sin revelarlo todo explícitamente.

¿Por qué es importante el subtexto en la narrativa?
El subtexto es fundamental porque añade una dimensión adicional a la historia. Al no decirlo todo de manera explícita, permite que los lectores participen activamente, interpretando los sentimientos y pensamientos de los personajes. Esto crea una conexión emocional más fuerte y una experiencia de lectura más envolvente, ya que el lector se convierte en “detective,” analizando las palabras y los gestos para entender el significado oculto.

Formas de crear subtexto en la narrativa:

  1. Silencios y pausas significativas:
    A veces, lo que un personaje no dice es más importante que lo que dice. Las pausas, los silencios y las respuestas evasivas pueden indicar inseguridad, duda, arrepentimiento o incluso desprecio. Los silencios bien colocados pueden ser muy poderosos para sugerir lo que un personaje quiere ocultar.
  • Ejemplo:
    “—¿Tienes algo que decirme? —preguntó ella, con la voz baja.
    Él apartó la vista, en silencio, mientras sus dedos tamborileaban nerviosamente sobre la mesa.”
  1. Lenguaje corporal y expresiones faciales:
    La forma en que un personaje se mueve o reacciona físicamente puede decir mucho más que sus palabras. Describir el lenguaje corporal y las expresiones faciales es una herramienta clave para transmitir el subtexto, revelando emociones y pensamientos ocultos sin necesidad de expresarlos directamente.
  • Ejemplo:
    “—Claro, estoy feliz por ti —dijo ella, mientras sus labios formaban una sonrisa rígida y su mirada se desviaba hacia el suelo.”
  1. Diálogos indirectos o evasivos:
    Un personaje que evade una pregunta, cambia de tema o responde de forma indirecta está enviando un mensaje oculto. Este tipo de diálogo crea una sensación de ambigüedad o tensión y permite al lector adivinar lo que realmente está pensando o sintiendo el personaje.
  • Ejemplo:
    “—¿Viste a Laura anoche? —preguntó él.
    —No exactamente… bueno, sí, pero solo un momento —dijo, con la mirada puesta en el vaso, evitando los ojos de su amigo.”
  1. Contradicciones entre las palabras y las acciones:
    Cuando las acciones de un personaje no concuerdan con lo que dice, esto puede crear un subtexto poderoso. Este contraste permite al lector ver que el personaje está ocultando algo o que sus palabras no reflejan sus verdaderos pensamientos o intenciones.
  • Ejemplo:
    “—No estoy enojado —dijo, mientras cerraba la puerta de golpe y cruzaba los brazos con una expresión tensa.”
  1. Simbolismo y metáforas en el diálogo o la narrativa:
    A veces, los personajes usan metáforas o símbolos para referirse a temas delicados sin nombrarlos directamente. El uso de imágenes simbólicas o comparaciones poéticas en el diálogo puede transmitir subtexto sin necesidad de explicarlo.
  • Ejemplo:
    “—Esta ciudad es como una jaula —dijo él, mirando hacia el horizonte.
    —Bueno, algunas jaulas son necesarias —respondió ella, con una leve sonrisa que no llegó a sus ojos.”
  1. Contexto histórico o cultural:
    El subtexto también puede surgir de referencias a contextos o experiencias compartidas entre los personajes. Aludiendo a experiencias o palabras conocidas solo para ciertos personajes, puedes crear un subtexto implícito que permite que solo los involucrados comprendan el significado completo.
  • Ejemplo:
    En una historia sobre soldados veteranos, una simple frase como “Nos queda solo media luna” podría tener un profundo significado oculto, recordando a los personajes una misión pasada y peligrosa que no necesitan explicar al lector.

Consejos para trabajar el subtexto en tu escritura:

  1. Conoce bien a tus personajes y sus motivaciones: El subtexto surge de los pensamientos y emociones profundas de los personajes, así que es importante que tengas claro qué sienten, qué piensan y qué quieren lograr en cada escena. Esto te permitirá insinuar sus intenciones sin necesidad de exponerlas abiertamente.
  2. Evita explicar demasiado: El subtexto pierde su efecto si se explica directamente. Deja espacio para que el lector haga su propia interpretación. Confía en que el lector entenderá las sutilezas a través de las acciones, silencios o miradas de los personajes.
  3. Usa el conflicto interno para crear ambigüedad: Cuando un personaje tiene emociones contradictorias, se produce un subtexto rico y complejo. Si alguien está feliz y triste a la vez, o si siente amor y resentimiento, esas emociones mixtas pueden revelarse en sus acciones y palabras sin necesidad de explicarlas.
  4. Apóyate en los pequeños detalles: A veces, un simple gesto o una reacción mínima puede contener una carga emocional intensa. Describir detalles como un cambio en la voz, un movimiento de los ojos o un roce de las manos puede decir mucho más que un diálogo extenso.
  5. Revisa y edita tus diálogos para añadir o resaltar el subtexto: A veces, el subtexto emerge en la segunda o tercera revisión. Lee tus diálogos y analiza si puedes insinuar más y decir menos, permitiendo que los personajes expresen sus pensamientos de forma sutil.

Ejemplo final para ilustrar el uso del subtexto:

Imagina una escena en la que dos hermanos están discutiendo sobre una herencia. Un diálogo directo y sin subtexto podría ser:

“—No quiero tu dinero, solo quiero que te vayas —dijo ella, con la voz elevada.”

En cambio, usando el subtexto, la escena podría adquirir más tensión:

“—No necesitas preocuparte por el dinero —dijo ella, mientras alisaba un pliegue invisible en su camisa, sin mirarlo a los ojos.
—Claro. Porque todo es fácil para ti, ¿verdad? —respondió él, con una risa amarga, fijando la vista en la vieja pintura en la pared.”

Aquí, el subtexto revela resentimientos y tensiones no expresadas directamente, que el lector puede intuir a través de los gestos y respuestas evasivas de los personajes.


El subtexto es una poderosa herramienta que añade capas de profundidad a los diálogos y a la narrativa en general. Al insinuar en lugar de decir, creas una historia rica en matices y misterios que invita al lector a explorar los sentimientos ocultos y las verdaderas intenciones de los personajes, haciendo que la lectura sea una experiencia más intensa y emocionalmente envolvente.


Trabaja en el Conflicto Interno y Externo

El conflicto es el motor de cualquier historia interesante. Los conflictos internos y externos de los personajes no solo hacen avanzar la trama, sino que también aportan tensión, dinamismo y profundidad emocional. Mientras que el conflicto externo suele ser el enfrentamiento del personaje con obstáculos o antagonistas en el mundo que lo rodea, el conflicto interno representa las luchas psicológicas y emocionales que enfrenta dentro de sí mismo. La combinación de ambos conflictos crea personajes más realistas y una historia que resuena a nivel emocional con los lectores.

¿Por qué son importantes los conflictos internos y externos?
Los conflictos le dan a la historia un propósito y un sentido de urgencia, ya que el lector sigue a los personajes en su lucha por alcanzar objetivos, vencer obstáculos y enfrentar sus propios miedos. Sin conflicto, la historia pierde dirección y el interés del lector se desvanece. Además, el conflicto interno agrega capas a los personajes, haciéndolos complejos y humanos, mientras que el conflicto externo brinda momentos de acción y desarrollo de la trama.

Cómo desarrollar el conflicto interno y externo en tu historia:

  1. Define el conflicto interno del personaje desde el principio:
    El conflicto interno es el dilema o lucha emocional que experimenta el personaje y que afecta sus decisiones y su desarrollo. Este conflicto suele estar relacionado con sus miedos, deseos, traumas o contradicciones personales. Identificar el conflicto interno desde el comienzo te permite estructurar su arco de desarrollo a lo largo de la historia.
  • Ejemplo: En El gran Gatsby, Jay Gatsby tiene un conflicto interno entre su deseo de recuperar el pasado y su imposibilidad de cambiar lo que ya fue. Este conflicto interno lo consume y afecta sus decisiones a lo largo de la historia, culminando en su trágico desenlace.
  1. Establece un conflicto externo que desafíe los valores y creencias del personaje:
    El conflicto externo puede surgir de un antagonista, una circunstancia o una situación que enfrenta al personaje con obstáculos externos. Lo ideal es que este conflicto ponga a prueba los valores y las creencias del personaje, impulsándolo a tomar decisiones difíciles.
  • Ejemplo: En Los juegos del hambre, el conflicto externo es la brutal competencia en la arena, que obliga a Katniss a luchar por su supervivencia y la de su familia. Este conflicto desafía sus valores, poniéndola en una posición donde debe cuestionar su moralidad y su disposición a matar.
  1. Haz que el conflicto interno y el externo se interrelacionen:
    Cuando el conflicto externo refleja o exacerba el conflicto interno, la historia se vuelve más rica y profunda. El conflicto externo puede actuar como un catalizador para el conflicto interno, empujando al personaje a enfrentar sus miedos, defectos o limitaciones personales.
  • Ejemplo: En Hamlet de Shakespeare, el conflicto externo es la necesidad de vengar la muerte de su padre, mientras que el conflicto interno es su duda y su incapacidad para tomar acción decisiva. La presión del conflicto externo intensifica su conflicto interno, llevándolo a un estado de agonía psicológica.
  1. Construye un arco de transformación en el conflicto interno:
    El conflicto interno debe evolucionar a lo largo de la historia. Al comienzo, el personaje puede estar dominado por sus miedos o defectos, pero, a medida que enfrenta el conflicto externo, va cambiando y desarrollándose. Este arco de transformación le permite al personaje crecer y cambiar, proporcionando una resolución emocional para el lector.
  • Ejemplo: En Orgullo y prejuicio de Jane Austen, Elizabeth Bennet tiene un conflicto interno relacionado con sus prejuicios hacia el Sr. Darcy. A través de sus interacciones y de los obstáculos externos, ella confronta sus propios prejuicios, lo que la lleva a un crecimiento personal y, finalmente, a un cambio en su percepción y sentimientos hacia Darcy.
  1. Agrega obstáculos que intensifiquen ambos conflictos:
    Para mantener la tensión, introduce obstáculos que compliquen tanto el conflicto interno como el externo. Estos obstáculos pueden ser personas, eventos o decisiones que desafíen aún más al personaje y lo obliguen a replantearse sus creencias o estrategias.
  • Ejemplo: En Harry Potter, Harry enfrenta constantes obstáculos en su conflicto externo con Voldemort. Estos desafíos también intensifican su conflicto interno sobre su identidad, su destino y la responsabilidad de ser “el elegido.”
  1. Crea un clímax donde ambos conflictos se encuentren:
    El punto culminante de la historia es ideal para que el conflicto interno y el conflicto externo converjan. En este momento, el personaje se ve obligado a enfrentarse tanto a su antagonista o problema externo como a sus propias dudas o miedos internos. La resolución de este clímax ofrece una catarsis para el personaje y para el lector.
  • Ejemplo: En El señor de los anillos, Frodo debe enfrentar no solo el desafío físico y externo de destruir el Anillo Único, sino también su conflicto interno de resistir el poder y la tentación del anillo. En el clímax de la historia, estos conflictos se encuentran, y Frodo debe superar ambos para cumplir su misión.

Consejos para manejar los conflictos internos y externos:

  • Evita resolver el conflicto interno demasiado rápido: El conflicto interno debería acompañar al personaje durante la mayor parte de la historia, creciendo en complejidad y tensión a medida que enfrenta el conflicto externo.
  • Permite que el conflicto interno afecte sus decisiones: Las decisiones del personaje deben reflejar su conflicto interno; si tiene miedo de la soledad, podría aferrarse a relaciones tóxicas, o si tiene baja autoestima, podría sabotear sus propias oportunidades.
  • Usa el conflicto interno para crear empatía con el lector: Al compartir las dudas, miedos y deseos del personaje, permites que los lectores se identifiquen con él y comprendan sus luchas personales.
  • Haz que el conflicto externo ponga en peligro algo importante para el personaje: Aumentar las apuestas en el conflicto externo crea tensión. Si el conflicto pone en juego algo que el personaje valora profundamente, el impacto será mayor.

Ejemplo final para ilustrar el uso de conflictos internos y externos:

Imagina una historia en la que el protagonista, un joven músico, sueña con triunfar en el mundo de la música, pero tiene un miedo paralizante al fracaso (conflicto interno). Cuando se le presenta la oportunidad de tocar en un importante festival (conflicto externo), debe decidir si arriesgarse o dejar que el miedo lo detenga. Durante el festival, enfrenta una serie de desafíos que intensifican su conflicto interno: un percance técnico, una audiencia que parece desinteresada y la competencia de otro músico. En el clímax, debe decidir si abandona el escenario o da lo mejor de sí. Al enfrentarse a su conflicto externo, también logra superar su conflicto interno y aceptar el riesgo del fracaso.


El conflicto interno y externo es esencial para crear una narrativa emocionalmente rica y compleja. A medida que los personajes luchan con sus propias emociones y enfrentan fuerzas externas, se desarrollan y crecen, dándole al lector una experiencia de lectura que es tan estimulante a nivel emocional como lo es a nivel de trama. Usar ambos tipos de conflictos en tu historia te permitirá construir una narrativa más completa, atractiva y memorable.


Conclusión

En esta segunda parte, exploramos cómo profundizar en el desarrollo de tu historia a través de técnicas avanzadas que enriquecen la narrativa. Desde el uso de puntos de vista variados y descripciones sensoriales, hasta la creación de diálogos naturales, el manejo del subtexto y la construcción de conflictos internos y externos, cada uno de estos elementos aporta capas de complejidad y autenticidad a tu escritura.

Estas herramientas te permiten construir un mundo que resuene en la imaginación y el corazón del lector, haciéndolo parte de la experiencia y permitiéndole conectar profundamente con los personajes y sus luchas. Recuerda que la escritura es tanto un arte como una técnica, y estos recursos te ayudarán a contar historias que capturen, conmuevan y perduren. ¡Sigue practicando y explorando estas técnicas para perfeccionar tu estilo narrativo!


Errores Comunes

1. Sobrecargar el diálogo con exposición directa

Uno de los errores más comunes es utilizar el diálogo para dar información directa al lector, lo que puede hacer que suene forzado y poco natural. En lugar de hacer que los personajes expliquen en exceso, utiliza el subtexto y deja que los detalles se revelen de forma gradual.

2. Ignorar el conflicto interno de los personajes

Muchos escritores se centran únicamente en el conflicto externo, olvidando que el conflicto interno es lo que da profundidad y realismo a los personajes. Un personaje que no enfrenta luchas emocionales o dilemas personales puede resultar plano y menos interesante.

3. Hacer descripciones sensoriales demasiado extensas o irrelevantes

Aunque el uso de los sentidos en las descripciones es importante, una sobrecarga de detalles sensoriales puede ralentizar el ritmo y distraer al lector. Es crucial seleccionar solo los detalles que realmente contribuyan a la atmósfera y al propósito de la escena.

Preguntas Frecuentes (FAQ)

¿Cómo saber si un conflicto interno es lo suficientemente relevante para la historia?

Un conflicto interno relevante debe estar vinculado al crecimiento o transformación del personaje y debería influir en sus decisiones a lo largo de la historia. Si el conflicto interno afecta directamente la forma en que el personaje se enfrenta al conflicto externo o sus relaciones, es una señal de que es significativo.

¿Puedo usar varios puntos de vista en una misma historia?

Sí, puedes usar múltiples puntos de vista, pero es importante hacerlo con claridad para evitar confusión. Cambiar de perspectiva por capítulo o sección y dar a cada personaje una voz distintiva ayuda a que el lector identifique fácilmente quién está hablando y a mantener la coherencia en la narrativa.


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